SHARRYLAND
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Enclavada en las laderas del monte Consolino, la Cattolica vigila el cercano pueblo de Stilo. No lejos del centro, pero aislada de él, esta pequeña iglesia es un edificio cúbico, rematado por cinco torrecillas, cuatro en las esquinas y una en el centro. Son estas torrecillas las que dan a la fachada su primer movimiento. No hay grandiosidad, sino sencillez, orden y limpieza, recordando sus orígenes, que se remontan probablemente a las comunidades de monjes eremitas que se instalaron aquí hace siglos. A pesar de la pobreza de los materiales -principalmente piedra, argamasa y ladrillo-, el edificio católico se eleva en armoniosas estructuras y geometrías, metáfora del poder de la meditación y la búsqueda de Dios.
Por qué es especial
Auténtica joya de la tradición arquitectónica bizantina, la Cattolica figura por derecho propio entre los monumentos más importantes de Calabria. Enclavada en roca viva, es testigo mudo del profundo vínculo entre las gentes que vivieron aquí y el territorio circundante. Intentemos por un momento cerrar los ojos. Abrámoslos de nuevo ante la sólida mole de la fachada. Fuerte, estable, compacta. Ahora levantemos la mirada hacia las torrecillas, decoradas con azulejos dispuestos en rombos y diferentes tonos de color; acojamos la gracia sencilla y modesta de estos movimientos. Por último, volvámonos y abracemos con la mirada el valle del Stilaro y el pueblo de Stilo. A nuestros pies, la roca del monte Consolino; alrededor, el aroma de las vides, los olivos y la vegetación espontánea. Así es. Ésta es la magia de Cattolica. Aquí, ahora, somos uno con la tierra, el agua, el aire y la historia que nos rodean.
Para no perderse
Entremos. Tierra y luz - hábilmente dosificadas por las ventanas ajimezadas de los tres ábsides y las de las cúpulas - definen el espacio. Aquí, el hombre se ha reunido en oración a lo largo de los siglos en busca de Dios. Todo lo que nos rodea cuenta la historia de este lugar. Al parecer, la estructura de cruz latina definida por columnas, ejemplo típico del antiguo culto bizantino, iba acompañada de frescos en todas las paredes interiores. Hoy sólo nos quedan fragmentos y, según los estudiosos, ni siquiera son los originales. De hecho, cuando el culto antiguo dejó paso al latino, las representaciones interiores también cambiaron. Y así es como hoy, en la intimidad de este pequeño y acogedor espacio, podemos admirar a la Virgen Dormida, protegida por el Arcángel Gabriel y custodiada por los Apóstoles; podemos disfrutar de la mirada benévola del Cristo Bendiciente, y admirar a los santos que acogían aquí a los fieles. Podemos oír la voz de un monje que, tal vez en el Aspromonte, tuvo una aparición de Dios, que decidió compartir con nosotros grabando su testimonio en una de las columnas. Ya estamos listos para marcharnos, pero nos llevamos con nosotros una antigua historia susurrada que nos ha llegado al corazón.
Un poco de historia
No existe documentación escrita sobre la historia de la Cattolica hasta el siglo XVI, cuando se menciona en la Memoria istorico-geografico de Michelangelo Macrì de Siderno. Sin embargo, su construcción se atribuye a monjes orientales que se asentaron en las laderas del monte Consolino durante la dominación bizantina (siglos X y XI). Vivían en grupos de cuevas naturales, algunas de ellas con frescos, a las que llamaban "laura" y que aún hoy son visibles. El término "Cattolica" deriva probablemente del griego "Katholikon" (iglesia principal de los monasterios ortodoxos griegos), pero aún hoy se discute cuál era su función original. Algunas teorías ven en la Cattolica la primera y antigua iglesia madre, otras un oratorio musulmán, otras un lugar de recogimiento para comunidades eremíticas. La tesis más acreditada señala la Cattolica como perteneciente a un monasterio, probablemente dedicado a la Asunción.
Curiosidad
En el interior, un misterio envuelve la primera columna de la derecha: en ella se pueden leer dos inscripciones que, traducidas, significan: " no hay más Dios que el único Dios" y "a Dios la alabanza". ¿Por qué un misterio? Porque el idioma de estas inscripciones es el árabe. No está claro cómo llegaron hasta aquí. Hay dos hipótesis principales: o bien la columna llegó con las inscripciones ya puestas, o bien durante un tiempo la iglesia católica fue la sede del culto musulmán.
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